Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, El nos salvó.
Tito 3:4-5
La vida de Jesús fue un modelo de bondad. No fue débil, distante ni
desconectada de la vida real. Su bondad lo llevó a ensuciarse las manos, a cansar el cuerpo y a ensangrentar una cruz cruel. Desde su compasión al leproso aislado hasta su disposición a alimentar a las masas hambrientas, Cristo personificó la bondad.
Esta misma bondad nos alcanza hoy. Él nos encuentra sumergidos en pecado; en nuestro peor momento. Y sin embargo, nos ama. Es la definición de la bondad.
Quizá tengas muchas quejas contra tu cónyuge, por cómo limpia la casa o cómo maneja el dinero. Y aunque tal vez resista la autoridad de Dios en su vida en diferentes áreas, el amor te llama a mostrarle bondad:
con sacrificio, un corazón servicial y ternura. Si tu bondad debe ser como
la de Cristo, tiene que ser bondadosa para con los ingratos» (Lucas 6:35). Debe mostrar misericordia, aun frente a evidencias concluyentes en su contra. Cuando Él mira tu vida, ¿se ve reflejado en tu bondad?
EL DESAFÍO DE ESTA SEMANA
Durante la semana, busca maneras de demostrar gestos inesperados de amabilidad hacia tu cónyuge.
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